Aplicación del Método Científico
El insecto machaca o cabeza de maní (Fulgora laternaria) se alimenta de la savia de plantas, probablemente de Hymenaea courbaril, Simarouba amara y Zanthoxylum, donde han sido vistas con mayor frecuencia. Muchas plantas sobre las que se alimentan pueden producir resinas, aceites y otros compuestos tóxicos o no tóxicos que son transferidos al insecto y usados para protegerse.
El insecto machaca o cabeza de maní (Fulgora laternaria) se alimenta de la savia de plantas, probablemente de Hymenaea courbaril, Simarouba amara y Zanthoxylum, donde han sido vistas con mayor frecuencia. Muchas plantas sobre las que se alimentan pueden producir resinas, aceites y otros compuestos tóxicos o no tóxicos que son transferidos al insecto y usados para protegerse.
http://www.thais.it/entomologia/Cicale/ Figura. Insecto cabeza de maní (Fulgora laternaria) |
Este insecto es muy llamativo por su forma y gran tamaño, además está asociado con una leyenda popular, según la cual, si un(a) joven es picado(a) por este insecto debe acostarse con una persona en las próximas veinticuatro horas, so pena de morir.
El periodista Henry Holguín reportó dos casos de hombres que fueron picados por la machaca en la región de Putumayo (Colombia), el primero no creyó, no buscó ayuda y murió poco tiempo después y el segundo hombre, una vez picado buscó tener relaciones en forma rápida y salvó su vida.
En grupo de tres estudiantes, desarrolle lo siguiente:
a) Siguiendo los pasos del Método Científico, construya una pregunta de investigación.
b) Haga una revisión de literatura.
c) Postule una hipótesis de trabajo.
d) Diseñe un experimento. ¿Cuál es el grupo
control? ¿Cuál es el grupo
experimental? Explique su respuesta.
e) Resultados probables.
f) Conclusiones.
***Enviar al email de Profesor en 8 días.
***Enviar al email de Profesor en 8 días.
A continuación les damos un Resumen del artículo para que
tengan una referencia completa.
Título: "Si lo pica la machaca tiene que hacer el amor
o muere" por Henry Holguín. Diario El Espectador. 13 de Diciembre de 2012.
Vámonos a los hechos: Julián Reyes, 24 años, era un barranquillero que se metió en la selva decepcionado por el amor de una mujer. Los colonos de la región de Sucumbíos lo recuerdan como un hombre alto y bien parecido, que desmontó a golpes de machete un pedazo de monte y allí plantó su casa. Vivió dos años en el Putumayo, hasta que una tarde de septiembre pasado, se presentó un tanto intranquilo donde su amigo y “compadre” Alberto Esqueriza. Este último, con quien hablamos en Sucumbíos, cuenta lo que pasó: “Julián no parecía muy nervioso al principio. Yo estaba sentado tomando café cuando entró él y se sentó en mi mesa. Esperó que saliera mi mujer y entonces me dijo: ¿Alberto, sí sabes que me picó una machaca? En un principio creí que no era cierto y reí a carcajadas. Pero al ver su seriedad comprendí que se trataba de un caso verdadero”.
“Ninguna de las triquiñuelas que tiene el sexo sirve para
nada... sólo el acto del amor, simple”. Julián Reyes regresó a su casa, dudando
sobre lo que debía hacer. Allí el sopor se hizo tan intenso que se acostó en la
hamaca y quedó dormido. “Dos días después –concluye Esqueriza–, preocupado
porque Reyes no había vuelto llegué a su casa y encontré las puertas
abiertas.En el suelo, estaba el cadáver... Julián no alcanzó a llegar a Orito”.
Pedro Flórez, un antioqueño, que reside en un pequeño fundo
cerca de la población de La Hormiga, no pensó como el difunto Reyes. Tenía un
refrán como norma. “A la tierra que fueres haz lo que vieres”. Por eso un
domingo de octubre, cuando desmontaba selva con un machete y escuchó el
maléfico zumbido –parecido a los motores de un avión en miniatura– soltó la
herramienta y echó a correr... sin darse cuenta de que llevaba la machaca
sostenida con sus cinco patas sobre la nuca. Después vino el pinchazo, el dolor
y el sopor.
Flórez, 47 años, casado, no perdió tiempo. Estaba lejos de
su residencia, y muy cerca en cambio del pueblo. Rápidamente pidió a dos amigos
que desmontaban a unos 550 metros, que lo llevaran donde “las mujeres malas”.
“Me salvé de milagro –cuenta el colono– lo difícil fue después explicarle todo
a mi esposa...”