A simple vista la mayoría de las hojas observadas en las plantas de los bosques tropicales se ven en buen estado, pero si observamos detalladamente, podemos encontrar daños evidentes a sus hojas.
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Una pequeña larva recorre la superficie interna de una hoja para alimentarse. |
Estos daños son causados por herbívoros, que pueden consumir cada año, un 10% de la producción vegetal en las comunidades naturales y causar grandes perdidas económicas en la agricultura. Los herbívoros ejercen gran influencia selectiva sobre las plantas, aumentando la mortalidad y eliminando biomasa que de otra forma podría asignarse al crecimiento o a la reproducción.
De todos los grupos de herbívoros, los insectos son los más efectivos en ataques, según Coley y colaboradores (2007), investigadores del Smithsonian, en un bosque húmedo tropical, los insectos eliminan entre un 0.0003 y un 0.8% de superficie foliar por día, según la especie de árbol. Las variaciones de magnitud en los daños causados por herbívoros en las especies dentro de una sola comunidad reflejan principalmente las diferencias de palatabilidad de las especies.
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Plantas con más del 50% de sus hojas dañadas. |
Algunos tipos de daños pueden ser causados por grillos (Orthoptera), escarabajos (Coleoptera), mariposas (Lepidoptera), moscas (Diptera), árgidos, sagaños y hormigas cortadoras de hojas (Hymenoptera) y los fitosuctívoros (Hemiptera y Homoptera).
Podemos observarlos en las siguientes imágenes:
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Hojas afectadas por masticadores. Puede observarse el daño en el borde y centro de la hoja.
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Efecto esqueletizador, donde se daña ambas superficies de las hojas, quedando expuestas las venas. |
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Malformaciones en la superficie de la hoja (agallas). |
Y aunque la guerra de las plantas contra los herbívoros parece ganada por estos últimos, no lo es, porque las primeras se han visto obligadas a desarrollar mecanismos de defensa cada vez más eficaces, para lo cual tienen que invertir parte de su energía metabólica.
Los mecanismos de defensa son diversos, pero los más fascinantes son los de índole química, constituidos por una serie de compuestos denominados metabolitos secundarios. Otros son del tipo físico, en donde usan espinas y vellos en sus ramas y hojas para filtrar a los insectos que quieran penetrar hacia su alimento. Los vellos que tapizan las hojas de varias especies
dificultan el ataque de los insectos cortadores y chupadores y en ocasiones
adoptan forma de diminutos anzuelos con los que hieren de muerte los delicados
tejidos de las orugas
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Esta planta con espinas en su tallo y hojas está preparada para disuadir a una parte de los herbívoros. |
Finalmente, las plantas siguen buscando nuevas estrategias y armas para defenderse de los herbívoros, o sea que los insectos no han ganado la batalla.